La fabricación de un calibre, para que ésta sea óptima, tiene que tenerse en cuenta en el momento del diseño del calibre. Si diseñamos algo que no sea fabricable, no tendremos modo alguno de conseguir lo que inicialmente hemos diseñado y el concepto no servirá para nada. Es fundamental entender correctamente el funcionamiento del calibre para poder fabricarlo bién, pero este aspecto en ocasiones puede fallar.
De todos modos, aun cumpliéndose las premisas anteriores, en algunas ocasiones se producen errores constructivos en el proceso de fresado, ajustes, etc…. que si no se detectan en el último paso del informe dimensional, corremos el riesgo de entregar algo al cliente que no sea funcional.
Es muy importante poder disponer de piezas de muestra para ayudar a descartar algún error que se nos haya escapado.
Los acabados y pulidos también son importantes en cuanto que afectan a la cosmética del calibre. Un calibre bien realizado adicionalmente tendrá que tener un buen aspecto, cuidado y que de impresión de que se han cuidado todos los detalles. La mentalidad de alguien que ve un producto por primera vez que acaba de comprar es que si los acabados son buenos, probablemente aspectos mucho más básico y funcionales también serán correctos.
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