Recientemente podíamos leer en la prensa que el ciberataque de la semana pasada había costado en España unos 5 millones de euros, considerando sólo los gastos directos de arreglar el desaguisado, sin tener en cuenta el coste de unos cuantos miles de personas “paralizadas” sin poder hacer nada. No parece tanto, ¿verdad?
Si además consideramos el drama, cada vez más frecuente, de las empresas que sufren ataques de ransomware, menos llamativos pero igual de dolorosos para ellas, que se encuentran ante la disyuntiva de perder todos sus datos o pagar al atacante por recuperarlos, convendremos que es útil pararnos un momento a pensar si es posible evitarlo o minimizarlo de alguna manera. Las estadísticas a nivel mundial hablan de un impacto de más de 100.000 millones de euros en pérdidas atribuibles a ciberataques. Ya no parece tan poco.
Las empresas, independientemente de su tamaño pero generalmente medio y pequeño, históricamente guardan sus datos en servidores propios y, en algunos casos, hasta adoptan ciertas medidas de seguridad en lo relativo a su acceso y protección, copias de respaldo o seguridad, etc., en base a análisis de criticidad e impacto en el negocio en caso de pérdida de los mismos, por cualquier motivo.
Pero se está demostrando que esto no es suficiente, y aunque es mejor que nada, no garantiza la invulnerabilidad ante un ciberataque mejor o peor organizado. Los hackers evolucionan constantemente, y las medidas de prevención contra sus ataques han de hacerlo en paralelo.
De un tiempo a esta parte se están popularizando servicios de alojamiento de datos en la nube, que han evolucionado desde el concepto de datos disponibles y accesibles desde cualquier dispositivo en cualquier momento al de seguridad y protección de los datos. Porque estas plataformas en la nube sí se toman en serio el tema de la seguridad de los datos, le dan la importancia que merece, y se reciclan continuamente para estar permanentemente actualizados.
Herramientas SaaS como kapture, que basan su eficacia no sólo en la compartición de los datos sino en la garantía de su privacidad y seguridad, utilizan para el alojamiento de los mismos servicios web en la nube que, aunque no garantizan la invulnerabilidad, sí que minimizan los riesgos hasta hacerlos prácticamente inapreciables, con las ventajas que ello supone cuando hablamos de datos extraordinariamente sensibles.
En nuestro caso, colaboramos con Gartner para mejorar constantemente la ciberseguridad de los datos de nuestros clientes, especialmente en casos de ransomware. Es más que conveniente, a la hora de elegir una herramienta de gestión de datos, valorar en la medida suficiente una inversión en ciberseguridad coherente con la criticidad y privacidad de los mismos. ¿Somos conscientes de ello?